La cafeína es la droga socialmente más aceptada, y una de las más consumidas en la historia de la humanidad
por: Victor Villarreal
¿Quién puede negar los beneficios de un sabroso cafecito después de la comida?, ¿Qué tal como compañero infalible en la charla con los amigos?. De igual manera, ¿A quién no se le antoja un refresco bien helado cuando el calor golpea y la sed acecha?, ¿Quién no disfrutó de un exquisito té con galletas una tarde cualquiera?. Dichas bebidas aunque aparentemente distintas, tienen algo en común: la cafeína.
La ingesta de cafeína se ha convertido en nuestros días, un elemento imprescindible en la vida cotidiana. El café ya no es sólo costumbre de los adultos mayores, o de señoras que se reúnen para chismear mientras se deleitan de un rico cafecito; al contrario de lo que se pudiera pensar, su uso ha sido extendido a otros sectores.
Actualmente adolescentes y jóvenes tanto mujeres como hombres, utilizan esta sustancia como un estimulante para estudiar, así como para desarrollar su nivel de concentración, o por la simple razón del gusto por el café, refresco de cola y el chocolate en barra.
El ser humano no requiere del consumo de cafeína en la dieta; sin embargo, su consumo moderado no esta asociado con ningún riesgo para la salud. Tres tazas de café de 235 ml -8 onzas- (250 miligramos de cafeína) por día, se consideran una cantidad moderada o promedio de cafeína; por el contrario, 10 tazas de 235 ml (8 onzas) se consideran un consumo excesivo.
La cafeína pertenece al grupo de sustancias llamadas xantinas; ésta estimula el cerebro al interferir en la acción de la adenosina un transmisor nervioso que produce calma y tranquilidad. Como resultado, provoca una sensación de euforia y de fuerza durante algunas horas. También facilita la actividad intelectual y la creatividad, al mantener despierto y en estado de alerta a su consumidor. Todo esto ocurre aunado a un incremento de los niveles de adrenalina y noradrenalina, que son neurotransmisores activadores.
La máxima concentración en la sangre se alcanza entre los 30 y 45 minutos de haberla ingerido. A las tres horas, ya se ha eliminado la mitad de lo que se absorbió mediante la orina.
De igual manera, el café también tiene un ligero efecto diurético; aumenta la capacidad de trabajo muscular, refuerza la contracción, retarda y alivia la fatiga. Finalmente, produce un muy pequeño efecto en los pulmones, dilatando los bronquios. También estimula la secreción de saliva y de los jugos gástricos y favorece la digestión.
En 1999 el Journal of the American Medical Association, publicó que los adultos que beben 2 o 3 tazas de café diario, tienen un 40 por ciento menos de posibilidades de reducir la aparición de cálculos biliares. La cafeína cristaliza el colesterol, que es el principal componente de los cálculos biliares. A pesar de estas declaraciones oficiales, dicha publicación no salió a la luz, a causa del supuesto de que aumentaría el consumo de la cafeína y tendría otros efectos negativos para la sociedad.
A continuación les reproduzco una historia que escuché durante estos días sobre la dependencia a la cafeína; como ayuda y como afecta si no es usada correctamente y en exceso. Su nombre prefiero dejarlo en el anonimato:
Al levantarme por la mañana tomo dos tazas de café. Si no las tomo me siento irritable. Si tomo tres tazas me excito un poco, pero dos tazas son exactamente lo que necesito.
Si tomo café después de las tres de la tarde, no puedo dormir a la hora que me gusta hacerlo, alrededor de las once y media. Si tomo un café después de cenar, aunque sea media taza, me quedo despierto la mitad de la noche. Si tengo algo importante al día siguiente, un café tomado al final del día se combina invariablemente con mi nerviosismo y me produce un insomnio descontrolado.
Cuando sé que me espera un largo tramo de conducir por carretera, no bebo café durante dos o tres días anteriores. A lo largo de la noche del viaje bebo café dos veces. Si he estado tomando mucho café durante los días anteriores, perecería que siento menos el efecto estimulante del café nocturno. Es casi una cuestión de ahorrar en el café que hubiera consumido en los dos o tres días precedentes, para tomarlo durante la noche que tengo que conducir. Usado de esta manera, el café ha sido siempre una gran ayuda para mí y no me ha fallado nunca
Así como existen factores positivos en la ingesta de cafeína, también tiene su lado negativo. El consumo excesivo de cafeína puede provocar dependencia, aunque con un síndrome de abstinencia mucho más benigno que en otros casos: dolor de cabeza, irritabilidad. A dosis altas produce excitación, ansiedad, insomnio, temblor, y un aumento generalizado de la sensibilidad y disminución de los reflejos. También puede provocar gastritis por estimulación de la secreción gástrica.
El uso prolongado de más 650 mg diarios de cafeína, equivalentes a ocho o nueve tazas de café al día puede ocasionar úlceras gástricas, incremento en el nivel del colesterol, insomnio crónico, ansiedad y depresión permanentes. Este tipo de consumo también parece estar asociado con disfunciones cardíacas, y la aparición de ciertos tipos de cáncer asociados a los alquitranes del café.
No se han detectado malformaciones genéticas debido a su uso, sin embargo, se sabe que el café puede disminuir la probabilidad de embarazo, aumentar el riesgo de aborto espontáneo y de bebés con bajo peso.
¿Es la cafeína una droga? Tal vez hayas escuchado muchas veces esta pregunta en tu casa o en tu trabajo. Según médicos locales "Diez tazas de café al día, por ejemplo, representan un gramo y medio de cafeína, que en efecto estimulante equivalen a 150 mg de cocaína y a unos 15 de metanfetamina." Esto no quiere decir que la cafeína sea tan dañina y adictiva como las otras drogas mencionadas. Su efecto es sólo equivalente a lo que un drogadicto usa en una dosis.
Si bien la cocaína y la heroína son drogas sumamente adictivas y provocan efectos graves en la salud, en el nivel social y psicológico no hay evidencias que sugieran que la cafeína provoque resultados similares.
En el sentido médico estricto, la adicción a la cafeína implicaría consumirla de una manera abusiva. Una vez que la gente alcanza su nivel diario normal de consumo de cafeína, por lo general no desea consumir más; y casi nadie tiene problemas cuando reduce su consumo en el transcurso de varios días en vez de hacerlo de una sola vez.
Las intoxicaciones fatales con cafeína son raras. Grandes dosis, especialmente cuando son consumidas por sujetos no habituados o sensibles, pueden producir dolores de cabeza, taquicardia, convulsiones y eventualmente delirios. Sin embargo, para que dichas intoxicaciones tengan lugar se necesitan
unos 10 g de cafeína para provocar la muerte de un adulto de 70 Kg. de peso, el equivalente de 100 cafés, 200 latas de coca cola o 50 Kg. de chocolate.
La cafeína es la droga socialmente más aceptada, y una de las más consumidas en la historia de la humanidad. A pocas personas les interesa renunciar a la sensación de bienestar, así como al aumento de actividad que les proporciona el consumo diario de una taza de café, una bebida de cola, un té, o una barra de chocolate. No obstante, son pocos los que están conscientes sobre las repercusiones físicas que estos alimentos y bebidas tienen en el organismo humano
La decisión del uso de la cafeína queda en nosotros; tiene sus cosas buenas pero también sus partes malas que terminan siendo nocivas para el cuerpo. La cuestión es saber como usarla. Como dicen por ahí nada con exceso todo con medida.